Lógicas de la política, lógicas de la educación


LA POLITICA y LA EDUCACION se mueven con lógicas diferentes y hasta incompatibles. No es posible transformar la educación sin transformar la política y no es posible transformar la política sin transformar la educación.


  TIEMPO  

Política: rápido


La política vive en el presente, se mueve en plazos cortos y con ritmos que no son los de los procesos educativos y sociales. Plazos y ritmos son dictados por la duración de los períodos de gobierno o administración, y por las dinámicas electorales. La premura lleva a improvisar, a desestimar la consulta, la experimentación y la participación social, a atropellar procesos, a mal usar los recursos, a repartir materiales (textos escolares, computadoras, etc) sin la indispensable formación/capacitación docente. La necesidad de mostrar resultados en el menor tiempo posible lleva a priorizar las cosas y la
«obra» física antes que las relaciones, la formación docente, la renovación pedagógica, los aprendizajes.

Educación: lento


La educación trabaja con tiempos largos y ritmos lentos. La política educativa no puede definirse desde un escritorio ni confiarse solo al
«saber experto»: requiere otros saberes, consulta, participación, apropiación, debate, consensos. Todo eso implica tiempo. Construir relaciones y alianzas toma tiempo. Hacer investigación toma tiempo. Formar profesores es un proceso complejo, largo y sostenido. Aprender requiere tiempo: aprender de prisa, para la prueba, es aprendizaje chatarra. Correr tras un programa de estudios, pensando en «cumplir» más que en aprender, es renunciar a la buena enseñanza.

CANTIDADES / CALIDADES 


Política: cantidades


La política se mueve en el reino de las cantidades y de las estadísticas. Cuánto y cuántos importan más que los qués, cómos y para qués. En el campo de la educación, políticos y técnicos rebosan datos: inversión, presupuestos, coberturas, matrícula, construcciones, becas, etc. Las
«rendiciones de cuentas» despliegan tablas y gráficos. «Universalizar la educación» se usa para referirse a universalizar el acceso, no la terminación de estudios y, mucho menos, los aprendizajes. «Igualdad de oportunidades» y «equidad de género» son otros tantos términos que se refieren por lo general únicamente a acceso.

Educación: calidades


En la educación importan no solo las cantidades sino también, y sobre todo, las calidades, las relaciones, la comunicación, la empatía, la motivación, las emociones, el afecto, el trato. Como reiteran investigaciones y evaluaciones, importa más la
«calidad del gasto» (en qué y cómo se invierte) que el presupuesto y la «cantidad del gasto». Acceso y matrícula no bastan: la educación debe asegurar aprendizaje. No basta saber cuántos cursos de capacitación se ofreció a los profesores: importa si esos cursos dejaron contenidos útiles para la práctica docente, si los docentes aprendieron y si eso que aprendieron se tradujo en mejoras en la enseñanza y en el aprendizaje de sus alumnos.

Distribuir computadoras, y usarlas eficazmente para la enseñanza y el aprendizaje, son cosas bien distintas. América Latina tiene un déficit grande de calidad de la enseñanza y calidad del aprendizaje en los sistemas educativos.
Pese a que la consigna de «mejorar la calidad de la educación» está instalada desde hace décadas en la política educativa, el cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) aplicado por UNESCO-OREALC en 2019 en 16 países de la región reveló que hay estancamiento en calidad educativa desde 2013, cuando se aplicó el tercer Estudio (TERCE).

  RESULTADOS / PROCESOS 


Política: resultados


La política necesita mostrar resultados, tratar de cumplir con lo ofrecido, convencer a los electores que vale la pena volver a votar por ese candidato o partido. El político responde a la presión de los grupos sociales y al poder de dichos grupos en la sociedad, lo que, antes que tender a la transformación, tiende a reproducir la estructura de clases y el orden vigente. La evaluación es vista como aliada en la exhibición pública de los
«resultados» esperados más que como herramienta para mejorar. Con el agravante de que los resultados de las evaluaciones a menudo quedan sin aprovecharse para informar y rectificar las políticas.

Educación: procesos


El derecho a la educación es, en última instancia, derecho al aprendizaje, no solamente al acceso. Y derecho a aprender a lo largo de la vida, en todas las edades. Aprender es un proceso difícil, complejo, permanente, con altibajos. Reducir educación a escolarización es negar las educaciones y los aprendizajes que tienen lugar más allá del sistema educativo, en la familia, en la comunidad, en el trabajo, a través de los medios, etc. Pruebas y exámenes revelan muy poco sobre lo que sabe y es capaz de hacer una persona. Convertir a la educación escolar en una carrera estadística tras metas cuantitativas y tras rankings es distorsionar el sentido de la educación y boicotear la batalla por la equidad y por la calidad.


  VERTICAL / HORIZONTAL 


Política: vertical


La política convencional se mueve con estructuras jerárquicas y con relaciones de poder/autoridad/control que imponen una lógica vertical, de arriba a abajo. Por lo general, el diseño de las políticas se considera un ejercicio de cúpulas tecnocráticas que tiene lugar
«arriba» y que se «baja» a la sociedad. Escasean la participación ciudadana, la consulta, el diálogo, el debate. Esto es especialmente cierto y problemático en el campo de la educación, donde es fundamental contar con la participación de los profesores, de los padres de familia y de los propios estudiantes.

Educación: horizontal

La educación no se cambia desde arriba ni mediante decretos y normas. La buena política educativa cuenta con el concurso y el saber de los estudiantes, de la familia, de la comunidad local y de toda la sociedad. El aprendizaje requiere comprensión, reflexión, interacción, práctica, experimentación. La reforma educativa vertical, de arriba a abajo, simplemente no funciona.


  HOMOGENEIDAD / DIVERSIDAD 


Política: homogeneidad


El político ve votantes y votos, simpatizantes y opositores, mayorías y minorías. Las prioridades obedecen a necesidades político-electorales más que a necesidades sociales. Homogeneizar y estandarizar es la vía más fácil y segura.
Cada vez más, recurrir a las tecnologías digitales aparece como «solución» salvadora para todo.

Educación: diversidad


La educación necesita reconocer la heterogeneidad, la diversidad de contextos, culturas, grupos sociales, personas. No existe
«el modelo» único y bueno para todos ni en la infraestructura ni en el currículo ni en la pedagogía ni en la evaluación. Se requiere estrategias diferenciadas y flexibles, antes que homogéneas y rígidas. Personalizar la enseñanza es una vieja aspiración pedagógica. Las tecnologías muestran posibilidades inimaginadas para ampliar y diversificar la oferta educativa, los aprendizajes y los autoaprendizajes, pero muestran también al mismo límites y problemas de todo tipo, y un enorme para agrandar, antes que reducir, la inequidad social y educativa.

  COMPETENCIA / COOPERACION 


Política: competencia


La política es lucha por el poder, competencia, confrontación. Hay adversarios y enemigos a vencer. Esta lógica de la cultura política permea a toda la sociedad y al quehacer educativo. La política, los partidos políticos, los políticos- para bien o para mal - son referentes de valores y actitudes para toda la sociedad.


Educación: cooperación


La buena educación se nutre de la cooperación antes que de la competencia. Es objetivo de la educación desarrollar valores y actitudes como el respeto, la tolerancia, el pensamiento crítico, la argumentación, el diálogo, el debate razonado, el inter-aprendizaje y el aprendizaje entre pares. La competencia no contribuye a mejorar la convivencia y los aprendizajes sino más bien a exacerbar actitudes negativas y bullying. La belicosidad de la política y los políticos deseducan antes que educan.


  SECTORES  


Política: sectorial


La política se mueve con la lógica de
«sectores». Así está estructurado el Estado: salud, educación, trabajo, deportes, turismo, etc, cada cual con su respectivo ministerio y políticas sectoriales. l La educación se considera un sector, dividido en subsectores, con la educación superior considerada a menudo un sistema aparte. La fragmentación opera no solo en la política social sino dentro de la propia política educativa. Las coordinaciones multisectoriales, en las que participan dos o más ministerios, no suplen la necesidad de una mirada amplia de lo educativo, que supere el marco estrecho de la educación como sector.

Educación: trans-sectorial


La educación y los aprendizajes son inter- y trans-sectoriales. La educación atraviesa a todos los ministerios y a todas las políticas. La educación superior es parte del sistema educativo, no un sistema aparte. El aprendizaje tiene lugar dentro y fuera de las aulas, en ámbitos formales, no-formales e informales. El conocimiento no es un sector ni pertenece únicamente al sistema educativo; aprendemos desde que nacemos hasta que morimos. El conocimiento se desarrolla desde la primera infancia y hay múltiples sistemas de conocimiento.

  VISIBILIDAD  


Política: alta visibilidad


La política y los políticos requieren alta visibilidad: generar noticias, ser foco de atención, mostrar, exhibir. De esa visibilidad depende, entre otras cosas, mantener el interés de los electores y preparar el terreno para las próximas elecciones. La "obra" física es un recurso clave para la visibilidad, al igual que la propaganda.

Educación: baja visibilidad


La educación requiere baja visibilidad. Requiere tranquilidad para desarrollar sus procesos, a sus ritmos, sin estar expuesta permanentemente al escrutinio público, a la competencia con otros y a los rankings, a la necesidad de generar “noticias”. La materia prima de la educación son la información y el conocimiento; la propaganda está reñida con la educación, el razonamiento y el pensamiento crítico.

CONTINUIDAD / DISCONTINUIDAD  


Política: discontinuidad


Cada nuevo gobierno (e incluso cada nueva gestión, dentro del mismo período de gobierno) empieza su propia "reforma educativa", por lo general ignorando o desestimando lo hecho con anterioridad. Cada nuevo gobierno apela al discurso del cambio y quiere dejar su impronta. Ciertamente, hay cosas que merecen ser discontinuadas o cambiadas, pero las rupturas requieren hacerse con base a evaluaciones y evidencias de lo que no funcionó. La pérdida de historicidad y de memoria institucional implica pérdidas financieras, humanas y técnicas. Cada nuevo comienzo niega el acumulado de conocimiento, experiencia y lecciones aprendidas que van dejando la política y la acción educativa en cada país, a nivel regional y mundial.

Educación: continuidad


La educación requiere continuidad, estrategias de corto, mediano y largo plazo, sistematicidad, perseverancia, acumulación, avances, afinamientos y rectificaciones permanentes, fundamentados en lecciones aprendidas. La renuencia de los profesores ante cada nueva "reforma" y ante el continuo recambio de autoridades, políticas y lineamientos es ya fenómeno conocido con alto costo en desgaste, desmotivación y desprofesionalización docentes. A menudo, las mismas viejas visiones y prácticas aparecen arropadas por nuevas terminologías. La formación - de especialistas, directivos, profesores, alumnos, padres de familia, ciudadanía en general - requiere un trabajo sistemático, antes que acciones intermitentes.

  LA OBRA  


Política: obra física


La política y los políticos tienen predilección por la obra física. En educación, reparar, construir e inaugurar planteles, aulas, centros deportivos y de recreación es central en la agenda de los políticos, independientemente de su signo y orientación. En los últimos tiempos se han agregado las tecnologías, la distribución de computadoras y otros dispositivos. Tanto la obra física como el equipamiento tecnológico básico son relativamente fáciles de implementar, tienen alta visibilidad pública y grandes réditos sociales y políticos. La obra física se puede inaugurar, mostrar, fotografiar, fijar con nombres y placas para la posteridad.


Educación: obra intangible


En educación, la obra más importante es intangible. Lo esencial no son las cosas sino las personas, las relaciones, los contenidos, la pedagogía, la didáctica, las motivaciones, los aprendizajes. Aprender y enseñar son procesos cotidianos, ubicuos, que tienen lugar no solo en las aulas sino también fuera de éstas, en la familia, en la comunidad, al aire libre, a través del juego, de la conversación, del debate, de la relación con los demás, del arte, de la participación social, de los medios de comunicación, de internet, de la propia política. Las enseñanzas y los aprendizajes más importantes son invisibles, inasibles tanto para la normativa como para la evaluación.

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El cuento del "99% del Yasuní o el Yasuní intacto"


Rosa María Torres
La Iniciativa Yasuní ITT, lanzada en 2008 por el gobierno de Rafael Correa, proponía dejar bajo tierra el crudo en los bloques del ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini) del Parque Nacional Yasuní, una de las zonas más biodiversas del planeta.

A cambio, se esperaba que la comunidad internacional -
en un gesto de co-responsabilidad en la lucha contra el cambio climático - contribuyera USD 3.600 millones, equivalentes al 50% de los recursos que percibiría en ese momento el Estado por explotar el petróleo en esa zona.

La recaudación efectiva, no obstante, fue mínima:
USD 13.3 millones,  el 0.37% de lo esperado, según reveló Correa en cadena nacional el 15 agosto de 2013 en la que informó el cierre de la Iniciativa (ver Decreto Ejecutivo 74).

El Parque Nacional Yasuní, creado en 1979 y cuya extensión es de 982 mil hectáreas, fue declarado en 1989 Reserva Mundial de la Biósfera por la UNESCO.

La nueva Constitución (2008) reconoce derechos a la naturaleza y se preció de ser la primera en el mundo en hacerlo. El artículo 57 establece que en los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario, como los que habitan en el Yasuní, "estará vedada todo tipo de actividad extractiva".

La Iniciativa Yasuní ITT concitó gran atención internacional y un altísimo respaldo nacional. "Si no se lograra recaudar el dinero suficiente que compensa al Ecuador por no explotar el petróleo del campo ITT, ¿estaría ud. de acuerdo con que se explote el ITT?" preguntó una encuesta de Perfiles de Opinión en julio 2013 (Quito y Guayaquil), un mes antes de la decisión presidencial de cerrar la Iniciativa. 92.7% dijo estar de acuerdo con mantener el crudo bajo tierra. 66.3% se mantuvo en esa decisión incluso si fracasara la Iniciativa y no se recaudaran los fondos esperados.

Infografía: Presidencia de la República
 
Correa justificó la decisión de abandonar la Iniciativa como indispensable para "superar la pobreza" y aseguró que la explotación se hará:

a) en una zona mínima ("menos del 1% del Parque Yasuní", posteriomente cambiado a "1 x 1000", "99 % del Yasuní intacto") y
b) con tecnología de punta para minimizar los impactos ambientales.

El 1% que completa el 99% es el que, según establece el Decreto Ejecutivo 74 del 15 de agosto, será el área a explotar. Artículo 5: "En caso de que la Asamblea Nacional autorice la actividad extractiva, ésta no podrá desarrollarse en un área superior al 1% del Parque Nacional Yasuní".

Ambos argumentos - la "mínima huella" (el 99% intacto, el 1 x 1000) y el mínimo daño ambiental (la "explotación responsable" con "tecnología de punta") - han sido cuestionados y rebatidos por expertos en el tema. Y ambos han sido tomados justamente como ejes de la propaganda gubernamental para convencer al pueblo ecuatoriano de la inevitabilidad de explotar el Yasuní ITT (pasar abruptamente del "Yasunízate" de la Iniciativa al Des-Yasunízate post 15 agosto 2013).

En el momento actual (2014), las estimaciones oficiales indican que se obtendrán USD 18.000 millones de la explotación del Yasuní, a lo largo de varios años. Al mismo tiempo, el endeudamiento del Ecuador con China es muy alto (cerca de USD 10.000 millones), lo que significa que buena parte de los recursos a obtenerse del Yasuní ya están comprometidos.

El "99% del Yasuní intacto" no existe. Como indicó el mismo Presidente Correa en la cadena nacional, "actualmente operan cuatro explotaciones petroleras en el Parque Yasuní". Lo que no dijo es que esa actividad petrolera compromete ya a más de la mitad del Yasuní. En verdad, la Iniciativa Yasuní-ITT se refería únicamente a los campos ITT, los cuales ocupan una mínima parte del Yasuní. Ahí, la primera gran falacia, el primer gran engaño.
"Según las cifras, el 60% del Parque Nacional Yasuní está afectado por las actividades petroleras y son evidentes los impactos sociales y el aumento de la conflictividad, porque los cantones donde se realiza la explotación hidrocarburífera son los más pobres de Ecuador; las comunidades locales dependen de las compañías petroleras, y éstas, para tener su aceptación y paz social, proponen dinero"... "La explotación responsable no existe, aumenta la conflictividad social".
-
Matthieu Le Quang, asesor del gobierno de Correa, participó en la elaboración del Plan Nacional del Buen Vivir, entrevista en el diario gubernamental El Telégrafo, 15 julio 2013.

Así pues, la afirmación y la oferta presidenciales no tienen asidero. No obstante, sobre ese engaño se ha montado la propaganda gubernamental que consume la sociedad ecuatoriana. Incluso, ¡el 99% se ha inflado posteriormente a 99.9%!.


#YasuníVive
"99.9% del Yasuní intacto.
El Yasuní Vive.
Millones de personas vivirán mejor".
Una mínima huella para que el todo viva.


Este es el encabezado de la nueva página oficial sobre el Yasuní que sustituyó a la de la Iniciativa Yasuní ITT. Y estos son los textos y consignas abundantemente utilizados en cadenas, enlaces ciudadanos, cuñas radiales, posters y spots televisivos de la Secretaría Nacional de Comunicación (SECOM). El video "La Huella", cuyo protagonista es un bebé, eleva la promesa al "99.9% del Yasuní intacto". Un spot reciente ofrece "99% intacto. 100% vida. Y más desarrollo para los ecuatorianos". "El Sueño Ecuatoriano", elaborado mientras estaba vigente la Iniciativa Yasuní-ITT, incluia "dejar el petróleo bajo tierra para mantener esto intacto" y viene siendo usado para promover la reelección presidencial en 2013, aunque esa parte del "sueño" ya la dan por borrada Correa y el movimiento gobernante.




Análisis, estudios, argumentos, debates, han podido poco frente a la fenomenal campaña gubernamental de propaganda. Mucha gente repite las consignas gubernamentales sin entender mucho ni el tema ni la danza de los números. De hecho, la batalla por el Yasuní ha contribuido a poner en evidencia la bajísima cultura matemática de los ecuatorianos, incluida la del Presidente de la República. Cada quien usa y entiende el número mágico como le parece. Como no podía ser de otro modo, la "mínima huella", el "99%", el "99.9%", el "1x100", el "0.01", el "0.05", etc. (de no se sabe bien qué), han nutrido el humor de los ecuatorianos y se han plasmado en numerosos chistes y caricaturas (abajo una muestra).

Textos relacionados en este blog:

» Artículos sobre el Ecuador
» Lecturas e imágenes: Para entender y defender mejor el Yasuní
» La Batalla por el Yasuní (Pinterest)
» Perlas Presidenciales
» Sumak Kawsay: Voces y saberes de la Amazonía ecuatoriana
» Sobre ecología, educación y política

Para saber más
» YASUNI. Especial de O Eco, 21 marzo 2014 (español, portugués, inglés)
http://www.geoyasuni.org/?p=1511
» ¿El 1x1000? GeografíaCrítica: Simulación para el debate respecto a cuál sería el porcentaje de afectación del Bloque 43 (ITT) en caso de que se llevara a cabo la explotación petrolera.

Algunas caricaturas e ilustraciones alusivas
"Tranquilos, solo es el 1%" - Pancho Cajas
El Telégrafo
Chamorro - La Hora
Bonil

¿Qué es «educación de calidad»?





Calidad, asociada a educación, se entiende y usa de maneras diversas. La mayoría opina desde su propio criterio y experiencia, sin conocer la abundante investigación y los acalorados debates que vienen dándose al respecto durante varias décadas en América Latina y en el mundo.

Generalmente se asocia «educación» a) con niños, adolescentes y jóvenes, y b) con sistema educativo (escolarización). No obstante, el derecho a la educación abarca todas las edades: niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas. Por otra parte, hay educación también fuera de las aulas y del sistema educativo: en la familia, en la comunidad, en el trabajo, en la organización social, a través de los medios de comunicación, de internet, etc. La noción de calidad puede aplicarse a todas las educaciones, cada cual con sus características. También hay autoeducación, aprendizaje autónomo, informal, no mediado por la enseñanza. En este texto me refiero principalmente a la calidad de la educación formal y no-formal de niños, jóvenes y adultos. 

¿Cómo podemos identificar la «buena educación»?

-
objetivos: la buena educación busca formar buenos ciudadanos, conscientes de sus derechos y de sus deberes, solidarios, con conciencia social, respetuosos de la diversidad, capaces de cuidarse a sí mismos, a los demás y al medio ambiente, dispuestos a continuar aprendiendo de manera autónoma y a lo largo de la vida;
- relaciones: los alumnos en el centro, trato igualitario a todos, sin discriminación, alumnos y padres de familia son escuchados y consultados, buena relación entre alumnos, profesores y autoridades, los problemas se resuelven conversando, control del bullying (acoso), colaboración antes que competencia, vínculos de mutua colaboración con la comunidad;
- espacios
: limpios, agradables, dignos, equipados con servicios básicos, no más de 25-30 alumnos en el aula, un espacio acondicionado para la lectura, mucho verde, idealmente un huerto;
- tiempo: no a la prisa, flexibilidad en el uso del tiempo, suficiente tiempo para comprender, reflexionar y aprender, largos recreos, pocos deberes en casa o ninguno, cada cual aprende a su ritmo;
- enseñanza
: amabilidad, paciencia, afecto, sin amenazas ni castigos, contenidos relevantes e interesantes para los alumnos, métodos activos y participativos, lengua materna como lengua de instrucción, fomento de la lectura, la escritura, la expresión oral, y el arte, el papel del educador no es enseñar sino lograr que los alumnos aprendan;
- aprendizaje
: derecho al aprendizaje, motivación, interés, aprender a aprender de manera autónoma, aprender a pensar antes que a memorizar o repetir, la comunidad local como comunidad de aprendizaje, aprendizaje a lo largo de la vida, no a la repetición;
- clima de aula y clima escolar: ambiente amistoso, de respeto, empatía, colaboración, confianza, ausencia de violencia y de miedo.

Familias y políticos tienden a fijarse en lo que está a la vista: la infraestructura. Se asume - equivocadamente - que si la construcción es moderna, la educación en su interior es buena. Y al revés: si el lugar es precario o la educación se hace al aire libre, se asume - también equivocadamente - que la educación es mala.

Muchos reducen calidad de la educación a aprendizaje de los alumnos. Asumen que los mejores planteles y los mejores sistemas educativos son aquellos en que los alumnos obtienen buenos puntajes en pruebas. No obstante, si bien el aprendizaje es un indicador fundamental de la calidad, ésta no tiene que ver solo con resultados sino con procesos, objetivos, contenidos, relaciones, convivencia. Importa no solo cuánto se aprende sino qué, cómo y para qué se aprende. No es posible determinar la calidad de un plantel o de un sistema educativo mirando solo resultados de aprendizaje y rankings (por ejemplo, el ranking en la prueba internacional PISA). La educación es, en primer lugar, socialización.

La evaluación ha sido puesta en un pedestal. Muchos creen que a más evaluación (de alumnos, docentes, establecimientos), mejor educación. Pero no es así. Evaluar no conduce automáticamente a mejorar. Hay mucha evaluación mal pensada y/o mal hecha, cuyos resultados no se usan y culpan a los evaluados, rara vez al sistema o a los evaluadores. Las pruebas ponen enorme tensión sobre alumnos, profesores y familias, y fomenta la competencia y el engaño. Estudiar para la prueba no es aprender. O es «aprender» de modo superficial, con un objetivo externo que no responde al impulso interior de «querer saber», de «querer aprender». Lo que se «aprende» a las carreras, pensando en la prueba y en el puntaje se olvida al día siguiente.

La tecnología es hoy codiciada: computadoras e internet en el plantel se consideran sinónimo de calidad, educativa, de innovación y modernidad (aunque se usen poco y mal). No obstante, puede hacerse muy mala educación con aparatos electrónicos y muy buena educación sin cables. Los artefactos, sin buena pedagogía, valen poco en el aula.

Está extendida la idea (el prejuicio) de que la educación pública es mala y la privada buena. Lo cierto es que hay pésima educación privada (incluso si es cara) y buena educación pública.

Muchos - pobres y ricos - dan por buena a la institución que ofrece enseñar idiomas. No obstante, lo primero es que los alumnos aprendan en su propia lengua y respetando su cultura. Esto es un derecho - parte del derecho a la educación - y elemento esencial de la calidad de la educación.

Muchos creen que la calidad tiene que ver solo con la enseñanza, con la calidad de los docentes. Pero la CALIDAD aplica a todos los componentes de la educación. Hay calidad de las políticas, de la gestión, de la investigación, de la asesoría, de la infraestructura, del currículo, de la inversión, de la formación/capacitación docente, de la participación social. La calidad de la educación depende de todas esas calidades.

De malas políticas educativas no puede esperarse que resulte una buena educación. La buena política educativa implica participación, diálogo y consulta social, y una adecuada priorización de la inversión. Recordemos: lo más importante no es cúanto sino en qué y cómo se invierte.

Suele haber gran distancia entre realidades y percepciones. En América Latina hay excesiva satisfacción con una educación de mala calidad y bajos resultados de aprendizaje. A menor nivel educativo y a mayor pobreza, más satisfechas están las personas con el sistema educativo.

Para los pobres, muchas veces la calidad de la escuela pasa por una comida segura al día, un profesor o profesora que no falte, que no maltrate y que, ojalá, entienda y hable la lengua de los alumnos.

Por eso, no cabe confiar en la opinión para determinar calidad. (El Foro Económico Mundial en su Informe Global de Competitividad rankea calidad de la educación a partir de una Encuesta de Opinión de Ejecutivos - Executive Opinion Survey, no basándose en mediciones).

Muy pocos se preocupan de lo importante: qué, cómo y para qué se enseña; qué, cómo y para qué se aprende; qué, cómo y para qué se evalúa. El afecto, el interés, el amor por la lectura, el gusto de aprender y la ausencia de maltrato, de violencia y de miedo son ingredientes de una educación de calidad, en toda cultura, a cualquier edad.

Vale por eso un repaso del tema «calidad educativa» a la luz del conocimiento y de la experiencia acumulados a nivel internacional.
Avanzar hacia una «educación de calidad» requiere que la ciudadanía se informe a fin de que pueda reconocerla, desarrollarla y exigirla.

 «Calidad educativa»: lo que dice la investigación y la experiencia internacional

Una buena educación escolar depende de muchos factores:

- sujetos: alumnos, docentes, padres de familia, comunidad educativa): consulta, participación, confianza, relevancia, aceptabilidad, satisfacción, etc.

- relaciones: calidad de la relaciones entre alumnos, con profesores y autoridades, entre la escuela, la familia y la comunidad, y entre el profesorado/autoridades locales y autoridades intermedias y centrales. Las relaciones autoritarias y marcadamente jerárquicas no ayudan.

- insumos: tiempo, presupuesto, infraestuctura, equipamiento, mobiliario, materiales de enseñanza-aprendizaje, biblioteca, etc.

- condiciones de enseñanza y de aprendizaje (alumnos y profesores, dentro y fuera del sistema educativo). Fuera del sistema educativo: alimentación, nutrición, salud, sueño, vivienda, transporte, seguridad, bienestar personal y familiar, entorno familiar y comunitario. Dentro del sistema educativo: relación pedagógica, trato con los profesores, métodos y estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación, usos del espacio y del tiempo, distancia del hogar y medios para llegar al plantel, alimentación escolar, seguridad, clima de aula y clima escolar, facilidades para personas con discapacidad, tamaño del plantel y de la clase (número de alumnos), organización de los grupos, normas, deberes, pruebas, medidas antibullying, etc.

- resultados (cognitivos, emocionales, sociales): socialización, aprendizaje, aprender a aprender, desarrollo de la curiosidad y la creatividad, pérdida de miedo frente a la autoridad, gusto por la lectura y la escritura, aprecio por la investigación, pensamiento crítico, capacidad para discernir, creciente autonomía de estudio, etc.

- impactos (personales, familiares, comunitarios): autoconfianza, autoestima, capacidad para plantear y resolver problemas, sentido de cooperación, capacidad para trabajar con otros, transferencia de saberes a la familia y a los pares, mejores relaciones familiares, conciencia social, conciencia y valoración de la diversidad, conciencia histórica, conciencia ambiental, compromiso con la comunidad, etc.

 Currículo, pedagogía, docentes

Existe un viejo y siempre remozado consenso internacional: el elemento fundamental en la calidad de la educación escolar son los docentes.

Esto se destaca y reitera una y otra vez en los resultados de aprendizaje medidos por pruebas internacionales como PISA.

El currículo y la pedagogía (el qué y el cómo se enseña, aprende y evalúa) están en el corazón de la educación.

Una buena educación enseña a leer comprensivamente, es decir, entendiendo lo que se lee. Y enseña a gustar de la lectura por propia iniciativa y por el placer de leer. Asimismo, una educación de calidad enseña a escribir bien (ideas claras, buena ortografía) y a disfrutar de la escritura.

Una buena educación deposita grandes expectativas en los alumnos y confía en que todos pueden aprender; valora y parte del conocimiento y la experiencia que traen los alumnos, en vez de despeciarlos; enseña a aprender, enseña a ser crítico, enseña a pensar; alienta la curiosidad y la pregunta. Una educación de calidad reconoce la diversidad y promueve una oferta educativa diversificada para atender esa diversidad en todos los órdenes.

Una buena educación respeta el derecho a aprender en la propia lengua así como en las visiones y los valores de la propia cultura.

En todo esto los docentes juegan un papel central: los profesores plasman el currículo real en las aulas y definen la relación pedagógica.

Por eso la importancia de contar con buenos docentes, bien seleccionados, bien formados, bien tratados, bien remunerados, en aprendizaje permanente, autónomos, socialmente valorados, satisfechos y orgullosos con su tarea.

De hecho, los mejores sistemas educativos del mundo ponen a los docentes en el centro de las políticas y las reformas educativas. Sabido es que la clave de la educación escolar en Finlandia - considerada un modelo a nivel mundial - son los docentes: una profesión prestigiosa (como la de médico o abogado), altamente calificada, con autonomía profesional, valorada por las familias y por la sociedad.

 Infraestructura

 La infraestructura es importante pero no es el factor primordial en la educación y en su calidad.

- Puede haber educación escolar sin construcción física, pero no sin docentes.
- Puede haber educación al aire libre, itinerante, a distancia.
- Puede haber buena educación en cualquier espacio aprovechado para la enseñanza y el aprendizaje (debajo de un árbol, en la propia casa, en un espacio comunitario) y muy mala educación en un edificio moderno y bien equipado.

No es raro encontrar monumentos arquitectónicos sin propuesta pedagógica o con propuestas pedagógicas atrasadas. Al mismo tiempo, existen escuelas pequeñas, modestas, comunitarias, con modelos pedagógicos innovadores y transformadores.

En nuestros países hay poca innovación en la infraestructura escolar. Incluso en construcciones nuevas se tiende a reproducir el molde arquitectónico convencional - aulas, corredores, paredes, espacios compartamentalizados - sin modificar los conceptos de espacio y de tiempo en la enseñanza, el aprendizaje y la socialización.

La arquitectura escolar se parece mucho a la de los hospitales y las cárceles, y es asombrosamente similar en todo el mundo, más allá de las diferencias culturales.

Aula evoca jaula. La jaula puede extenderse a todo el plantel: las características físicas (segmentación, hermetismo, rejas, candados, muros, ventanas pequeñas y altas) reflejan la concepción pedagógica.

Es común que la infraestructura sea extraña a los contextos locales, así como a las especificidades geográficas y climáticas. Ni el diseño ni los materiales empleados responden muchas veces a la cultura local. En zonas calurosas los alumnos pueden sufrir de calor y en zonas frías, sufrir de frío.

Es viejo el problema de falta de pertinencia cultural. La arquitectura escolar convencional adora lo homogéneo: es más fácil para planificar, calcular, construir. Lo diverso y lo propio exigen creatividagrandes desafíos. Planteles descuidados y desmantelados, con equipos obsoletos e incluso sin uso pocos años después de su inauguración, es parte de la historia de la educación escolar en el mundo.

Lo esencial, en términos de infraestructura, es contar con agua potable, desagüe y baterías higiénicas adecuadas y suficientes. Luego vienen la electricidad y el servicio de telefonía. Resueltas esas necesidades, espacios de aprendizaje como biblioteca, laboratorios y salas de computación. (Ver estudio del BID: Infraestructura Escolar y Aprendizajes en la Educación Básica Latinoamericana: Un análisis a partir del SERCE, 2011).

El aula no necesita ser ostentosa; importa sobre todo que esté limpia, que tenga iluminación y ventilación, y espacio suficiente para poder moverse.

Es linda y acogedora un aula informal, colorida, con música, con movimiento, con plantas, con libros al alcance, con vida.

El mobiliario puede ser sencillo y poco costoso, pero debe ser adecuado para alumnos y docentes, para la larga jornada escolar y para los requerimientos del aprendizaje.

Un mobiliario modular permite organizar las piezas de diferentes maneras, creando entornos tanto individuales o bipersonales como grupales.

Es bienvenido todo lo que contribuya a que los alumnos trabajen de manera colaborativa. Una propuesta pedagógica que promueve la colaboración y el trabajo en equipo puede encontrar en el mobiliario una ayuda o un obstáculo.

Niños y jóvenes tienen preferencia por el suelo - antes que por las sillas -, ganas de desparramarse con comodidad para leer, escribir, estudiar, crear.

Es importante que todo plantel educativo cuente con una sala de profesores o un espacio especial para los docentes: un espacio de reunión, socialización, estudio, esparcimiento, descanso. Por increíble que parezca, incluso en edificaciones nuevas se olvida muchas veces la necesidad de este espacio o bien se reserva para los docentes un rincón inhóspito y multiuso, que termina de bodega a donde van a parar los objetos inservibles, las cajas de materiales, etc.

Es importante que la escuela cuente con un espacio al aire libre. Un patio, un pequeño jardín, un huerto. Un lugar para jugar, correr, hacer ejercicio y deporte, tener contacto con la naturaleza, sembrar y cultivar. Si la escuela no cuenta con ese espacio en sus instalaciones, puede aprovechar alguno disponible en el barrio o la comunidad, ampliando de ese modo su territorio de común acuerdo con la comunidad.

La infraestructura (construcción y/o reparación de escuelas, aulas, centros infantiles, etc.) es la oferta política más común en educación. Es la más fácil de llevar a la práctica (comparada con cuestiones como la formación docente o el aprendizaje de los alumnos) y la que obtiene más réditos políticos pues es de rápida ejecución, visible, y popular (la gente valora la obra física y la agradece).

 Tecnología

La tecnologías ha pasado a ser vista como un aliado de la enseñanza y del aprendizaje en el medio escolar, para los alumnos y para los docentes. Pero se usa todavía de manera incipiente y con problemas en los sistemas educativos. La tecnología no sustituye al docente y, menos, al buen docente y a la buena enseñanza.

Abundantes estudios muestran que aún sabemos poco acerca de los usos e impactos de las modernas tecnologías en el medio escolar y específicamente en términos de aprendizaje. Sabemos, sí, que bien usadas pueden ayudar a despertar el interés de los alumnos. Sabemos también que los contextos y las condiciones concretas definen en gran medida los usos e impactos (personales, escolares, sociales). Es preciso recordar que cerca de la mitad de la humanidad carece aún de acceso a internet.

Son aún escasas las buenas prácticas (documentadas, validadas) en el uso de las tecnologías digitales en el aula de clase y no hay pruebas concluyentes de que las tecnologías estén mejorando los aprendizajes escolares.

Son pocos los países que, usando profusamente tecnologías en el aula, están preparados para hacerlo y pueden contar historias de éxito.

Persisten las dificultades para conectar las tecnologías con el currículo prescrito.

Persisten también las deficiencias y tardanzas en la formación docente en este campo, así como en la instalación de capacidades y condiciones para que los docentes puedan manejar con solvencia y sentirse cómodos en los nuevos entornos digitales. La investigación sugiere una serie de condiciones y requisitos para el buen uso de las tecnologías con fines de aprendizaje en el aula que a menudo no se tienen en cuenta.

Hay mucho gasto en tecnologías, mucha compra y distribución de computadoras, laptops, tabletas, etc., pero los errores se repiten y hay mucha improvisación. Su uso efectivo para fines de enseñanza y aprendizaje deja todavía mucho que desear.

El modelo educativo de Finlandia tiene bajo perfil tecnológico. El espacio y el tiempo en las aulas se aprovechan sobre todo para la interacción entre los alumnos, el trabajo en grupo, el trabajo manual, el desarrollo del pensamiento, el razonamiento, la investigación, la exploración. Se cuenta con que los estudiantes usen las TIC sobre todo en su hogar. Los resultados de las pruebas PISA sugieren que los mayores impactos de las TIC se dan cuando se accede a éstas en el hogar, no en la escuela.

 Condiciones y resultados de aprendizaje

La calidad de la educación se valora sobre todo en la calidad de los aprendizajes. Puede haber excelente infraestructura y equipamiento, acceso a tecnologías, e incluso docentes calificados, y sin embargo nada de eso traducirse en mejores condiciones y resultados de aprendizaje.

Mal puede hablarse de educación de calidad sin conocer cuáles son los resultados e impactos de la educación sobre educandos y educadores.

La calidad se ve no solo en los resultados sino también en los procesos, en la convivencia y en el clima escolar. Un ambiente informal y distendido, antes que formal y rígido, es ideal para aprender. Un espacio limpio y ordenado hace una gran diferencia respecto de uno sucio o desordenado. No solo para los niños, sino también para adolescentes y jóvenes, el juego es una necesidad y tiene enorme valor para el aprendizaje. Cómo se aprende es tanto o más importante que cuánto o qué se aprende.

La satisfacción de los alumnos con la experiencia escolar, la ausencia de miedo y de maltrato, son esenciales. Alumnos que van contentos a la escuela es un indicador de primer orden de calidad de la educación.

La calidad tiene que ver sobre todo con las relaciones humanas y la relación pedagógica muy especialmente, más que con la infraestructura y el equipamiento. El amor es consustancial a la calidad de la educación. «Calidad» y «calidez» no son separables.

El tamaño de la escuela y el tamaño de la clase inciden sobre la calidad de la convivencia escolar así como sobre la calidad de la enseñanza y del aprendizaje.

Los planteles pequeños favorecen las relaciones interpersonales y facilitan los roles docentes (socialización, enseñanza, vigilancia, etc.).

El tamaño de la clase es importante: un grupo pequeño de alumnos es más manejable, favorece la cooperación, la confianza, la atención personalizada y el aprendizaje entre pares.

 Tres puntos 

▸ La calidad de la educación se juega no solo en la enseñanza y el aprendizaje en las aulas sino, en primer lugar, en la calidad de las políticas. No solo de la política educativa, sino de las políticas sociales y económicas de manera amplia. No toda política es buena y las hay muy malas, mal pensadas, mal diseñadas. A pesar de que nunca o rara vez se las evalúa, la mala calidad de las políticas puede ser responsable de muchos de los problemas de la educación y de los sistemas educativos. Una política educativa que no da importancia a la lectura, que invierte en cosas antes que en personas y que alienta comportamientos equivocados (por ejemplo: cuánto y con qué rapidez se lee), produce inevitablemente una educación de mala calidad. Una política educativa que presta excesiva importancia a la evaluación y a las pruebas estandarizadas, puede dinamitar - en vez de estimular y mejorar - la motivación hacia el aprendizaje, exacerbar la competencia y la discriminación, confundir puntajes con talento, inteligencia o aptitud de los alumnos.

▸ Vale la pena tener en cuenta que algunos de los modelos escolares más innovadores, multipremiados a nivel internacional no solo por su carácter innovador sino por su eficacia para mejorar las condiciones de enseñanza y aprendizaje de los sectores más pobres, especialmente en zonas rurales, no están centrados ni en la infraestructura ni en la tecnología sino en la pedagogía y en las dimensiones familiares, comunitarias y sociales de la educación.

▸ Para identificar qué tan buena es una intervención educativa (desde el nivel de la política educativa hasta el nivel del plantel o del programa) puede ayudar el análisis de las 4 A: asequibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad.
Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "¿Qué es «educación de calidad»?", Blog OTRAƎDUCACION, 2014. (Actualizado: marzo 2023).

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